Realmente soy mucho más simple de lo que la gente piensa, y mucho más profunda de lo que otros imaginan, sólo basta conocerme....no entenderme!

sábado, 14 de enero de 2017

"Esto también pasará..." (1° Parte)

“Sólo quería sentirme rota y llorar….” Pídeme lo que quieras. Megan Maxwell


Hay días, desde hace días, momentos de momentos dónde la tristeza y el panorama gris son lo único alrededor pero sobretodo adentro, en ese vacío profundo lleno de tantas cosas, es como si todo mostrara su lado oscuro y el peso incrementara, de inmediato preguntamos por qué pero somos tan neófitos que no entendemos que justo en esa pregunta comienzan las respuestas.


Que aburrido escuchar ese “todo pasa por algo”, yo lo resumiría a “todo pasa” . El dolor al igual que todas las sensaciones y situaciones en la vida es un elemento transitorio, que divino es sonreír, disfrutar de momentos extremadamente divertidos o efervescentes  y agradecer ser tan afortunados, sin embargo, la tristeza o melancolía se encuentran en el banquillo de los acusados de las emociones sin que nos demos cuenta si quiera de lo importante y necesarias que son. No es fácil, nadie dijo que lo sería, pero a mi parecer estos momentos anímicos son súper enriquecedores, te tambalean, te juzgan, te cuestionan a ti mismo y todo lo que te rodea, te llevan a un punto tan elevado de sensibilidad que te desnuda, te deja indefenso , te hace buscar abrazos, esos que creías ya no necesitar, te pone tan chiquitico que te vuelven a la infancia con todo y sus monstruos bajo la cama.


Alguna vez alguien me dijo que lo maravilloso de tocar fondo es que ya no puedes hacer más que comenzar a subir y es que hay que permitírselo, cualquier alma se cansa, es justo, es normal, por qué no entender que a veces, luego de tanto esfuerzo es necesario parar y descansar, analizar lo ocurrido, aprender, trazar estrategias y continuar. Hay momentos en dónde aunque estés destrozado por dentro no puedes permitirte flaquear, hay que mostrar la mejor cara y sólo utilizar ese dolor como motor para mantenerte en pie sin mirar hacia atrás, sin embargo, hay algunos otros momentos, benditos momentos, dónde puedes permitirte parar, reconocer esa corriente de dolor que te invade hasta los huesos y sentir como tu cuerpo cede y se deja llevar, te vuelves líquido y sólo puedes drenar, llorar, gritar, golpear, patalear.


Como brilla la vida cuando comenzamos a entender que cada momento, bueno, malo, bonito, desagradable, alucinante, desquiciantes o como se presente, cada uno es único, especial, e irrepetible, quizás no lo notemos al instante, pero te aseguro que con el tiempo al mirar atrás y encontrarlo convertido en recuerdo algo generará, sea lo que sea, lo contundente es que no regresará.

Quiero tener siempre la inteligencia de saber llorar, de sentirme rota, reconocerme en cada pedacito, retomarlos y continuar, recordar siempre que: “Esto también pasará…”


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