Realmente soy mucho más simple de lo que la gente piensa, y mucho más profunda de lo que otros imaginan, sólo basta conocerme....no entenderme!

miércoles, 8 de febrero de 2017

Huéspedes...

Ahí están de nuevo, no sé en qué momento llegaron o si hubo algún tiempo de incubación, no tenía idea de su existencia, creí que desde la última vez se habían extinguido sin posible reproducción. Por momentos creí que habían vuelto pero descubrí que eran otras especies, cada una con sus características, síntomas , efectos y razones, pero ningunas como estas.


Las reconocí de repente y tuve miedo, ya sé cómo se sienten, las he disfrutado muchas veces, pero en el momento en que mueren siento mucho no saber expulsarlas y terminan descomponiéndose y haciendo mucho daño, quizás sea mi culpa y no de ellas, supongo que sólo cumplen su función y soy yo quién debe entender, recibirlas, disfrutarlas y dejarlas ir incluso antes de que mueran...ningún ambiente es eterno y mi estómago tampoco tiene que serlo.


Hoy las sentí como cuando una madre siente la patadita de su bebé por primera vez, que aunque sabían perfectamente que estaba allí, este momento las lleva a la realidad de que es verdad, es tangible, no hay vuelta atrás, éstas con emoción, ansiedad o miedo simplemente aprenden a disfrutarlo.


No se han ido, intento ignorarlas y ellas se aprovechan, llaman mi atención hasta provocarme náuseas, no las quiero, deberían irse, pero repito...no sé expulsarlas. El teléfono suena y yo intento seguir escribiendo sin prestar atención, pero ellas aletean fuertemente para recordarme que al parecer ésta no es mi elección.


¿Qué hacen aquí? A fin de cuentas ¿Es mi cuerpo no?, pero es que hay momentos en la vida dónde hasta eso te es arrebatado, ya ni de eso eres dueño, sin embargo hay intromisiones que se agradecen, que saben bien, a las que por más que intentes no puedes ponerle freno.


Está bien, les prestaré mi estómago, háganlo su hogar, podemos compartirlo, el corazón se encargará de alimentarlas y tranquilas, el cerebro probablemente querrá expulsarlas más de una vez pero él tampoco es el dueño, hagamos un pacto de convivencia y sobretodo de no agresión, pero eso sí, cuando decidan irse por favor avisen con tiempo, salgan sin hacer daño y dejen la puerta entreabierta por si algún día de nuevo quieren regresar.


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