Castillo sobre la colina

     El escrito de hoy es bastante interesante ¿Por qué? Normalmente escribimos sobre lo que nos sucede al momento, lo que necesitamos desahogar, pero resulta que en esta oportunidad escribiré sobre lo contrario, sí, sobre lo que no está sucediendo, el extremo opuesto.
     Primero que nada los invito a que hagan click en el título de este post, es un enlace al video lyric de la canción que me inspiró a escribir la noche de hoy.
     Ahora sí...continuemos:
     Crecemos y no nos damos cuenta de cuándo lo hacemos, vivimos un día a día basado en el futuro y consecuencia de un pasado que nos roba el presente. La mayoría de las veces nos encontramos visualizando lo que queremos ser, pero cuántas veces nos detenemos a reconocer lo que hemos sentido, olido, reído, cumplido, compartido, conocido, llorado, amado, fallado, vivido, sido, que al fin de cuentas es lo que SOMOS. Volvemos sin darnos cuenta al tiempo y su relatividad.
     En ese mismo sentido, esta canción me llevó a viajar por mi vida en una línea del tiempo tan hermosa que sólo pude sonreír en contraste con el nudo en la garganta, momentos que nunca volverán pero que nos definen y que nos hacen siempre querer "volver a casa" aunque sepamos que nada será igual. Sin embargo, lo curioso está en que me conectó con esa sensación que entendemos perfectamente aquellos que hemos tomado rumbos de "independencia" o nos hemos enfrentado a procesos dónde solo tienes la soledad y la obligación de crecer, vivir y aceptar.
     Ese viaje a través de la soledad te hace extrañar TANTO, valoras cosas que antes ni siquiera observabas, esa sensación que te da la carretera o un avión donde sientes que estas suspendido en el tiempo, que el mundo que dejaste atrás quizás siga sin tí , que tu tienes una parte con ellos pero que te mueves en otro tiempo. Nos volvemos presa perfecta de los recuerdos y pareciera que vivimos de ellos, es en una nube en la que te encuentras y ni siquiera te das cuenta de que se llama "presente" y así vamos coleccionando momentos que luego nos sorprenderán convertidos en recuerdos.
     "Esto también pasará".... cómo cambia todo cuando tienes consciencia de esto.
      Después de haber estado "sólo en la vía" comienzas a tener tiempo, tiempo para familia y amigos, para abrazos largos, para algunos besos, para observar a alguien y reconocer que está ahí, que es tangible al menos por ese momento, para saborear un café o algún plato cotidiano o favorito, para mirar el cielo y coleccionar atardeceres, para guardar olores, para cerrar los ojos y disfrutar la música en tus audífonos o en un buen concierto, para ser, para estar, pero conscientemente, para vivir el momento.
     La última parte de esta canción me hace sonreír en la nostalgia porque casualmente (que no creo en las casualidades) desde hace un tiempo comencé a querer saber de quiénes conformaron mi pasado, sobretodo amigos de la infancia o del colegio y es tan rico saber de ellos, de lo que hacen, de en quiénes se convirtieron, incluso contar con su trabajo y saber que todos lo hicimos lo mejor que pudimos hacerlo, porque incluso el que falló lo hizo convencido de que estaba bien.
     Los atardeceres son tan especiales para mí que prometo escribir en otro momento al respecto, pero por ahora sólo diré que aunque siempre los extrañemos, todos los días habrá uno nuevo y que aunque en cada parte del mundo son diferentes... siempre es el mismo cielo.
     Digo que este escrito es especial porque aunque "estoy en casa" , el haber tomado el viaje me hace plenamente consciente de esto, ahora mismo extraño, creo que nunca dejaremos de hacerlo, pero ahora lo hago con esta sonrisa  que contrasta al nudo en el pecho y sé que aunque emprenda de nuevo el viaje....conozco perfectamente el puerto.

DUBRASKA BOLÍVAR