Por dónde empezar...

Siempre quise escribir, nunca he sabido cómo, quizás ni siquiera sepa qué...pero me gusta. Desde pequeña he amado leer, adentrarme en cada mundo que me ofrecen unas páginas, pero más allá en la mente de quién escribe, de lo que piensa, de cómo siente y de su manera de contar una historia, porque al final lo que está allí es precisamente eso: SU MANERA.

He escrito diarios, canciones, versos, poesía y todo lo que he necesitado en el momento, a lápiz, bolígrafo, con letra de molde o cursiva, hace un tiempo sentí que necesitaba una computadora para hacerlo como los profesionales e incluso no aburrirme (eso de escribir a mano por muy romántico que sea termina cansándome y nunca termino mis escritos), me lo propuse, ahorré y hoy que la tengo en mis manos decidí que ya no hay excusas.

Sinceramente creo que no soy tan mala, eso de redactar siempre se me ha dado bastante bien, está comprobado que quiénes leemos mucho tenemos mayor facilidad de expresión, pero me genera la duda de que a alguien le interese lo que pienso o le guste cómo lo escribo, ¿Qué puedo yo contarle al mundo?. Quizás debo enfocarme en la investigación, pero existen todos esos parámetros y reglas que no hacen más que encasillarte en cómo creen los demás que deben ser las cosas y ¿Saben qué? de nuevo terminas cansándote. Escribir cosas más personales como un diario me llevan al mismo punto donde creo que no soy alguien realmente importante en el mundo como para que dentro de 50 años alguien encuentre mi diario y sea relevante, siempre he sentido que terminará encontrándolo mi mamá, hermanas o alguien de mi familia y no hará más que reírse de mis tonterías y enterándose de quién estuve perdidamente enamorada o alguno de mis sufrimientos adolescentes. Las canciones no es que se me den muy bien, no se componer música y terminan sonando como juegos infantiles bastante absurdos, a mí misma me dan mucha risa mis intentos fracasados de cuando estaba pequeña, a demás de que soy muy cursi y terminan resultando bastante patéticas. La poesía no es que me guste mucho entonces tampoco es que sea una buena opción para desahogarme. Así podríamos continuar con cada uno de los géneros literarios y encontraría perfectamente una razón para no adentrarme en ninguno. Sin embargo, sigue existiendo esa necesidad de escribir, lo que sea, sobre cualquier cosa y sin importar si quiera si alguien lo lee.

Hoy comencé a leer el Diario de Ana Frank y me dí cuenta de que ella como mil veces lo hice yo, era muy buena lectora y sólo comenzó a escribir porque lo necesitaba, porque no creía tener a esa persona que se mereciera escuchar sus más profundas intimidades o sus más simples pequeñeces, también leí una publicación de Laura Chimaras, una actriz venezolana de más o menos mi edad a quién siempre he admirado mucho y por cosas de la vida tuve la oportunidad de conocerla y tener muy buen trato y ella decía que también desde pequeña amaba leer y que nunca se imaginó ahora poder tener su propio libro. Entonces, decidí dejarme de tonterías, tomar mi laptop recién comprada y simplemente...ESCRIBIR!!